

Clases de Kandyan
CLASES DE DANZA KANDYAN
Danzas de Sri Lanka
La Danza Kandyan, es para mentes curiosas que saben el poder que hay en cada movimiento. Soy Catalina Vidales, profesora de @escuelakandyan y te doy la bienvenida al Kandyan, una danza que viene de la isla de Sri Lanka.


La Danza Kandyan se originó hace miles de años en uno de los rituales más antiguos de Sri Lanka llamado Kohomba Kankariya, su propósito es traer armonía con el fin de resolver conflictos y enfermedades. Este ritual pertenece a la categoría de rituales Santikarma: Rituales de Hacer Paz.
La Danza Kandyan se originó hace miles de años en uno de los rituales más antiguos de Sri Lanka llamado Kohomba Kankariya, su propósito es traer armonía con el fin de resolver conflictos y enfermedades. Este ritual pertenece a la categoría de rituales Santikarma: Rituales de Hacer Paz.


CLASES PRESENCIALES VALDIVIA Y ONLINE
INSCRÍBETE: Whatsapp +56998226114
HORARIO: Martes 19:00 hrs.
LUGAR: Ohiggins 442, Valdivia, Los Ríos
HORARIO: miércoles 20:30 y viernes 19:00
LUGAR: Carelmapu 2010, Valdivia, Los Ríos
VALORES: Una vez por semana $45.000. Dos o mas veces por semana $50.000
KANDYAN ONLINE
INSCRÍBETE: Whatsapp +56998226114
HORARIO: Viernes 12:45 hrs. y domingo 11:00 hrs.
VALOR: $45.000
CONTENIDO
- Meditación y Yoga: Preparamos la mente y el cuerpo para el entrenamiento.
- Paharrmbes y Goraharrmbes: Ejercicios básicos de la danza Kandyan para asimilar el lenguaje corporal y rítmico. Cada ejercicio contiene un Mathrieye (paso) y un Kasthirama (terminación). Se trabaja a través de la meditación, el sonido de la voz y el movimiento. VER VIDEO DE LAS CLASES
- Bailes: Aprendemos uno de las bailes tradicionales de la danza Kandyan
- Música: Aprendemos los rítmos y cantos (con sus significados) del baile que estemos viendo VER VIDEO DE LA MUSICA
La danza Kandyan se originó hace miles de años en uno de los rituales más antiguos de Sri Lanka llamado Kohomba Kankariya, su propósito es traer armonía con el fin de resolver conflictos y enfermedades. Este ritual pertenece a la categoría de rituales Santikarma: Rituales de Hacer Paz.
CLASES DE KANDYAN
INSCRÍBETE: Whatsapp +56998226114
HORARIO: Martes 19:00 hrs.
LUGAR: Ohiggins 442, Valdivia, Los Ríos
HORARIO: miércoles 20:30 y viernes 19:00
LUGAR: Carelmapu 2010, Valdivia, Los Ríos
VALORES: Una vez por semana $45.000. Dos o mas veces por semana $50.000
KANDYAN EN UACH
Por confirmar
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HORARIO: Viernes 12:45 hrs. y domingo 11:00 hrs.
VALOR: $45.000
Escuela Kandyan
Escuela Kandyan
En Escuela Kandyan queremos transmitir el poder energético de estas danzas, que fueron creadas hace más de 2.000 años con un objetivo ritual armonizador. Las danzas de Sri Lanka son usadas para sanar y no basta con solo aprender los movimientos, buscamos conectar con la intención de estos movimientos. Por esto usamos técnicas de Yoga, meditación y estamos en constante aprendizaje y asesoramiento con el maestro de danza Kandyan Mahesh Umagiliya de Sri Lanka y con la doctora Sofia Vera Peruzzi creadora de ADABA para manejar y entender responsablemente el lado mágico de estas danzas e ir adaptando el ritual originario de Sri Lanka a nuestro contexto, lugar y época.
Te esperamos! <3
En Escuela Kandyan queremos transmitir el poder energético de estas danzas, que fueron creadas hace más de 2.000 años con un objetivo ritual armonizador. Las danzas de Sri Lanka son usadas para sanar y no basta con solo aprender los movimientos, buscamos conectar con la intención de estos movimientos. Por esto usamos técnicas de Yoga, meditación y estamos en constante aprendizaje y asesoramiento con el maestro de danza Kandyan Mahesh Umagiliya de Sri Lanka y con la doctora Sofia Vera Peruzzi creadora de ADABA para manejar y entender responsablemente el lado mágico de estas danzas e ir adaptando el ritual originario de Sri Lanka a nuestro contexto, lugar y época.
Te esperamos! <3


Profesorado Kandyan
Profesorado Kandyan

Si ya llevas mas de cuatro años practicando danza Kandyan y te quieres dedicar seriamente a esta danza, puedes cursar el Profesorado que imparte Escuela Kandyan. Profundizamos en alineación y contenido histórico poniendo el foco en los elementos del ritual originario de la danza. El método de enseñanza es en torno a la observación y recolección de los distintos puntos de vista de los mismos estudiantes, mediante sesiones donde se analiza el sentido y la intención de los movimientos para poder transmitirlos y enseñarlos. Entre todas vamos entendiendo una nueva manera de recibir esta milenaria forma de arte de Sri Lanka.
Si te interesa saber cuando y como será el próximo Profesorado Kandyan solicita la información en cvidales@gmail.com
Si ya llevas mas de cuatro años practicando danza Kandyan y te quieres dedicar seriamente a esta danza, puedes cursar el Profesorado que imparte Escuela Kandyan. Profundizamos en alineación y contenido histórico poniendo el foco en los elementos del ritual originario de la danza. El método de enseñanza es en torno a la observación y recolección de los distintos puntos de vista de los mismos estudiantes, mediante sesiones donde se analiza el sentido y la intención de los movimientos para poder transmitirlos y enseñarlos. Entre todas vamos entendiendo una nueva manera de recibir esta milenaria forma de arte de Sri Lanka.
Si te interesa saber cuando y como será el próximo Profesorado Kandyan solicita la información en cvidales@gmail.com







María Elena Espinosa
Este camino se ha formado de pasos, saltos, fluidez y círculos. Cada movimiento ha sido trabajado y explorado enfrentándome a la magia y a la complejidad rigurosa de este arte milenario, que me enseña más allá de lo que puedo explicar en palabras. Mi corazón me llevó al Kandyan en un camino de autoconocimiento y sanación, trabajando mis miedos y limitaciones, creciendo con mis compañeras y maestras, y creando algo hermoso. ¿Qué hacemos aquí y por qué compartimos este ahora? Toda pregunta se diluye y responde cuando ceremoniosamente damos inicio al rito de bailar, en la clase o en un escenario, en un paradero de micro o en el supermercado, activamos y conectamos con algo grande, noble y hermoso, y con nuestra esencia. Un lenguaje complejo y generoso, que invita a explorarlo, me seduce y encanta, me recuerda el aquí y ahora eterno atemporal, y todo mi cuerpo goza haciéndome cómplice de algo inexplicable, juguetón, y sagrado. Este arte ancestral de un país tan lejano toma así sentido invitándome a descubrirlo cada día desde una nueva perspectiva y a crecer a su lado. ¡Gracias!

Dana Cerda
Mi relación con el Kandyan comenzó como un “amor a primera vista”. Por el año 2012 fui invitada a ver una pequeña muestra de la danza, en la cual quedé absolutamente enamorada, comenzando desde ahí una gran pasión que me mantiene hasta el día de hoy queriendo ver más de sus movimientos y estética. Esa atractiva mezcla entre la firmeza que exige a los pies y piernas, con lo sutil y delicado de manos y brazos, llama poderosamente mi atención y conserva mis ganas de querer practicarlo. Eso, influenciado además por el hecho de que es una danza que proviene de un ritual srilankano muy antiguo con fines de sanación, me han llevado a querer estudiar más de sus orígenes y simbolismo. Es por eso que no dudé en hacer un curso de Profesorado de Kandyan que me permitió ahondar en todas esas inquietudes, e incluso me incentivó a viajar durante abril de este 2018 a la isla de Sri Lanka para poder conocer, vivenciar y aprender un poco más sobre su cultura. Esta hermosa danza traída de tierras tan lejanas ya es una parte importante de mi vida, estimulando mi creatividad, desarrollando mi voluntad, y ayudando a expresarme hacia el exterior a través de su energía.

Mónica Rodríguez
Cuando por primera vez escuché sobre el Kandyan tenía 19 años y sufría un fuerte dolor de espalda. Una buena amiga me contó cómo llegó mágica y casualmente a casa de Meintje Orsel y descubrió esta exótica danza. Me convenció de ir a probar pese a estar lesionada y pronto comencé a estudiar con Meintje. Cuando llevaba cerca de un mes bailando de pronto escuché un fuerte “crak” en mi cintura. Me asusté mucho, pero luego comprendí que el ruido se había producido al destrabarse el nervio ciático, que tenía tomado hacía varios meses, logrando recuperar completamente la movilidad de todo mi cuerpo. Desde entonces la cualidad sanadora del Kandyan ha sido uno de los lazos más fuertes que une mi alma con este arte. Años después me lesioné gravemente la rodilla izquierda, me corté un ligamento y rompí un menisco. Pasé siete años sin bailar, que fueron años de sequía para mi espíritu. Llegó un momento en que no soporté más y decidí operarme. El traumatólogo me hizo prometer que de por vida haría alguna actividad física, ya que de lo contrario era mejor no operarme, y yo abracé feliz la idea de danzar toda mi vida. Y desde entonces han transcurrido once años. En algún momento comprendí que la cualidad sanadora de esta danza había alcanzado también otras capas más profundas de mi ser, incitándome a una búsqueda interior que me permitiera sanar las heridas del alma, aquellas que traemos de fases anteriores a nuestra existencia en este plano. Actualmente no puedo concebir mi vida sin danza, en particular sin kandyan. Está presente todos los días de una u otra forma. Me fascina su belleza y el placer que me provoca ser parte de ella y que ella sea parte de mí, la comunión con mis hermanas y maestras kandyarinas, su potente energía sanadora y pacificadora, así como también sus dimensiones más corpóreas, esa mezcla de piernas que patean con fuerza y hacen percusión al bailar con unos brazos y torso ondulantes. Me gusta mucho el sonido de la música de Sri Lanka y bailar con tambores en vivo. Adoro que esta música, y por tanto esta danza, estén llenas de cambios de ritmo y contrapuntos. Para mí, la danza Kandyan es una actividad interesante, revitalizante, autoexigente y totalmente gozable.

Andrea Carileo
Mi relación con el Kandyan de alguna manera es como una raíz, un lugar para descargar lo que no me sirve, para dar y para recibir, para crear y usar la imaginación, y para compartir con seres queridos. Namaste

Carolina Macarena Pinto
(1973) Profesora de artes, ceramista y bailarina de Kandyan.
Trabajo el barro y me especializo en esculturas, soy bailarina de kandyan hace ya mas de siete años, a sido una tremenda experiencia, logrando que mi mente y cuerpo cambien constantemente a través de la voluntad y perseverancia. Agradezco haberme cruzado con esta danza sagrada por que he sentido sanación, amor, voluntad, sabiduría, fuerza y energía vital, trabajando así, en mi el autoconocimiento, mostrándome un camino maravilloso de equilibrio y misterio… amo el kandyan ya es parte de mi.

Pilar Galilea
El Kandyan llegó a mi vida como un regalo inesperado, tal vez como una respuesta sabia y misteriosa del universo frente a la decisión de sumar energía positiva a la propia vida frente a situaciones difíciles. A reconocer y poder pasar por los espacios sombríos pero disfrutar lo luminoso, celebrar lo que uno ama, ponerle aún más fichas a lo que nos hace bien y se siente bien para el alma. Tengo la suerte de que en esa maleta de buenos amigos, yo siempre encuentro al menos al arte y la danza.
Es maravilloso aprender y crecer bailando, recorrer el camino de una disciplina de sanación que mantiene la energía en alto, como agua que está siempre fluyendo, siempre en movimiento. Creo que el Kandyan nos invita a reconocer nuestro cuerpo desde adentro, de nuevo. Aprendemos a mover cada una de sus ínfimas partes por separado como si fuera un gran trabalenguas en un dialecto lejano y antiguo. No es fácil, pero de a poco vamos sintiendo desde ese lugar nuestra integración con el mundo, aprendemos a manifestar a través de un movimiento que pone todas sus piezas en armonía y a trasmutar la energía para beneficio de todos. Nos comunicamos y entramos en comunión más allá del lenguaje.

Constanza Yáñez
El Kandyan llego a mi vida en un momento en que estaba media perdida, pasando por una crisis existencial y fue así como por “casualidad” me topé las clases de danza kandyan y ya nunca pude dejarlo, junto con el Yoga. El Kandyan es mi camino de sanación, me ha enseñado la perseverancia , la auto exigencia , pero también y más importante, que cuando se deja de pensar todos los cuerpos (físico, mental, energético y espiritual) encuentran la manera de combinarse y volar, ahí es donde la magia ocurre y puedes traspasar esa sanación a las personas que están mirando la danza y generar una sanación colectiva, un Ritual.

María Eugenia Vallejos
(1986) Bailarina, percusionista, cantante y profesora de danza Kandyan -Directora de Compañía Malaya. Artesana y Estilista.
«Recuerdo el primer contacto que hizo mi cuerpo con la danza Kandyan, fue como un hermoso y vertiginoso reencuentro con la tierra, con mi más antigua historia y con una estructura que al ritmo de la belleza me permitió disfrutar la libertad. Así fui encaminada en un misterio danzado que aún me hace sentir unificada en el preciso momento de bailar. Han transcurrido más de 10 años desde aquel momento, todo ha cambiado bastante (incluyéndome). Aún sigo desentrañando, sanando, transformando y trabajando en torno a aquel misterio que elegí como compañía de mi crecimiento, como un reflejo permanente de lo que es la vida y de lo que yo soy. Dedico mi vida a las Artes en muchas de sus manifestaciones entre ellas a estudiar y enseñar danza Kandyan. La experiencia que tuvimos en el profesorado nos permitió abordar y profundizar en conjunto con la profesora temas que nos unen y a la vez separan de una cultura muy antigua y lejana. Es inevitable querer encontrar el sentido a la sabiduría y magia que encontramos en los movimientos pero a veces al igual que en la vida y las relaciones debemos tener el valor de encontramos también con la lejanía de otros lenguajes historias y religiones para reflexionar entorno a ello y enriquecer nuestra experiencia humana de manera integral. Siento que uno de mis propósitos como profesora es entregar el entendimiento de la técnica integral de danza Kandyan como una herramienta orgánica tanto para el movimiento físico como el energético».

María Paz Vallejos
(1989 )Administradora Pública y Bailarina de Kandyan
Desde muy chica he sentido conexión con Sri Lanka. Recuerdo el año 2000, cuando tenía 11 años, ví en la televisión cómo se celebraba el año nuevo en Sri Lanka. Es una imagen que se mantiene en mi: alrededor de la isla había niños y niñas con velas en las manos, y a las 12 las ofrendaban y las dejaban a la orilla del mar. Tanta paz y conexión me marcaron y desde ahí Sri Lanka formó parte de mi imaginario. Ya en el colegio, año 2002, comencé a ver el kandyan por compañeras que iban a clases de danza Kandyan. Como Sri Lanka ya estaba en mi imaginario, no me fue extraño o exótico el conocerla. Lo sentía quizás inconscientemente como parte de mi camino. Fui a muchas presentaciones en la casa de Mentjie Orsel; ví muchos bailes en el patio de mi colegio; escuché su música en la cotidianidad de una conversación entre amigas. Un día escuché una grabación de tambores y baile en Sri Lanka. Se escuchaba la lluvia, la percusión de los pies, los cilambos y los tambores. Ese día supe que tenía que bailar kandyan. Como todo se daba con naturalidad con Sri Lanka y con el kandyan, un día, después de mi primer día de colegio (de mi último año), desperté de una siesta y mi hermana me dice que vayamos a probar unas clases de danza Kandyan. Le dije que sí, y partimos. Y desde ahí me he acompañado con el kandyan en mi vida. Al comienzo me costaba mucho la coordinación. Hace tiempo ya realizaba ejercicio corporal constante, pero lo que exigía el kandyan era distinto. Lo enfrenté con voluntad, constancia y paciencia y así he podido ir desarrollando desde la coordinación más básica de movimientos hasta una interpretación que cada vez me hace sentir más conforme con lo que quiero expresar. El camino de la voluntad es el camino que se sigue en kandyan. Es una disciplina que requiere constancia y amor. Requiere el creer en tí misma y en tu propia forma de hacer y entender las cosas, porque desde lo genuino nace la interpretación. También las personas que he conocido en este camino han llenado mi vida de colores y matices, formando y constituyendo parte de lo que soy ahora. Es un camino distinto, que me gusta mucho recorrer porque llena de desafíos lindos mi vida y de personas que expanden mi forma de concebir las cosas. Me interesa seguir estudiando acerca del kandyan. Con el cuerpo y sus movimientos experimentamos el mundo, y experimentar el mundo con los movimientos del kandyan es una experiencia muy sanadora. Me gusta compartirla, y me gusta también el carácter guerrero y femenino que acá en Chile se ha desarrollado, por eso también quiero investigar y conocer acerca de las primeras mujeres en el kandyan.

María Elena Espinosa
Este camino se ha formado de pasos, saltos, fluidez y círculos. Cada movimiento ha sido trabajado y explorado enfrentándome a la magia y a la complejidad rigurosa de este arte milenario, que me enseña más allá de lo que puedo explicar en palabras. Mi corazón me llevó al Kandyan en un camino de autoconocimiento y sanación, trabajando mis miedos y limitaciones, creciendo con mis compañeras y maestras, y creando algo hermoso. ¿Qué hacemos aquí y por qué compartimos este ahora? Toda pregunta se diluye y responde cuando ceremoniosamente damos inicio al rito de bailar, en la clase o en un escenario, en un paradero de micro o en el supermercado, activamos y conectamos con algo grande, noble y hermoso, y con nuestra esencia. Un lenguaje complejo y generoso, que invita a explorarlo, me seduce y encanta, me recuerda el aquí y ahora eterno atemporal, y todo mi cuerpo goza haciéndome cómplice de algo inexplicable, juguetón, y sagrado. Este arte ancestral de un país tan lejano toma así sentido invitándome a descubrirlo cada día desde una nueva perspectiva y a crecer a su lado. ¡Gracias!

Carolina Macarena Pinto
(1973) Profesora de artes, ceramista y bailarina de Kandyan.
Trabajo el barro y me especializo en esculturas, soy bailarina de kandyan hace ya mas de siete años, a sido una tremenda experiencia, logrando que mi mente y cuerpo cambien constantemente a través de la voluntad y perseverancia. Agradezco haberme cruzado con esta danza sagrada por que he sentido sanación, amor, voluntad, sabiduría, fuerza y energía vital, trabajando así, en mi el autoconocimiento, mostrándome un camino maravilloso de equilibrio y misterio… amo el kandyan ya es parte de mi.

Constanza Yáñez
El Kandyan llego a mi vida en un momento en que estaba media perdida, pasando por una crisis existencial y fue así como por “casualidad” me topé las clases de danza kandyan y ya nunca pude dejarlo, junto con el Yoga. El Kandyan es mi camino de sanación, me ha enseñado la perseverancia , la auto exigencia , pero también y más importante, que cuando se deja de pensar todos los cuerpos (físico, mental, energético y espiritual) encuentran la manera de combinarse y volar, ahí es donde la magia ocurre y puedes traspasar esa sanación a las personas que están mirando la danza y generar una sanación colectiva, un Ritual.

Dana Cerda
Mi relación con el Kandyan comenzó como un “amor a primera vista”. Por el año 2012 fui invitada a ver una pequeña muestra de la danza, en la cual quedé absolutamente enamorada, comenzando desde ahí una gran pasión que me mantiene hasta el día de hoy queriendo ver más de sus movimientos y estética. Esa atractiva mezcla entre la firmeza que exige a los pies y piernas, con lo sutil y delicado de manos y brazos, llama poderosamente mi atención y conserva mis ganas de querer practicarlo. Eso, influenciado además por el hecho de que es una danza que proviene de un ritual srilankano muy antiguo con fines de sanación, me han llevado a querer estudiar más de sus orígenes y simbolismo. Es por eso que no dudé en hacer un curso de Profesorado de Kandyan que me permitió ahondar en todas esas inquietudes, e incluso me incentivó a viajar durante abril de este 2018 a la isla de Sri Lanka para poder conocer, vivenciar y aprender un poco más sobre su cultura. Esta hermosa danza traída de tierras tan lejanas ya es una parte importante de mi vida, estimulando mi creatividad, desarrollando mi voluntad, y ayudando a expresarme hacia el exterior a través de su energía.

Andrea Carileo
Mi relación con el Kandyan de alguna manera es como una raíz, un lugar para descargar lo que no me sirve, para dar y para recibir, para crear y usar la imaginación, y para compartir con seres queridos. Namaste

Pilar Galilea
El Kandyan llegó a mi vida como un regalo inesperado, tal vez como una respuesta sabia y misteriosa del universo frente a la decisión de sumar energía positiva a la propia vida frente a situaciones difíciles. A reconocer y poder pasar por los espacios sombríos pero disfrutar lo luminoso, celebrar lo que uno ama, ponerle aún más fichas a lo que nos hace bien y se siente bien para el alma. Tengo la suerte de que en esa maleta de buenos amigos, yo siempre encuentro al menos al arte y la danza.
Es maravilloso aprender y crecer bailando, recorrer el camino de una disciplina de sanación que mantiene la energía en alto, como agua que está siempre fluyendo, siempre en movimiento. Creo que el Kandyan nos invita a reconocer nuestro cuerpo desde adentro, de nuevo. Aprendemos a mover cada una de sus ínfimas partes por separado como si fuera un gran trabalenguas en un dialecto lejano y antiguo. No es fácil, pero de a poco vamos sintiendo desde ese lugar nuestra integración con el mundo, aprendemos a manifestar a través de un movimiento que pone todas sus piezas en armonía y a trasmutar la energía para beneficio de todos. Nos comunicamos y entramos en comunión más allá del lenguaje.

María Paz Vallejos
(1989 )Administradora Pública y Bailarina de Kandyan
Desde muy chica he sentido conexión con Sri Lanka. Recuerdo el año 2000, cuando tenía 11 años, ví en la televisión cómo se celebraba el año nuevo en Sri Lanka. Es una imagen que se mantiene en mi: alrededor de la isla había niños y niñas con velas en las manos, y a las 12 las ofrendaban y las dejaban a la orilla del mar. Tanta paz y conexión me marcaron y desde ahí Sri Lanka formó parte de mi imaginario. Ya en el colegio, año 2002, comencé a ver el kandyan por compañeras que iban a clases de danza Kandyan. Como Sri Lanka ya estaba en mi imaginario, no me fue extraño o exótico el conocerla. Lo sentía quizás inconscientemente como parte de mi camino. Fui a muchas presentaciones en la casa de Mentjie Orsel; ví muchos bailes en el patio de mi colegio; escuché su música en la cotidianidad de una conversación entre amigas. Un día escuché una grabación de tambores y baile en Sri Lanka. Se escuchaba la lluvia, la percusión de los pies, los cilambos y los tambores. Ese día supe que tenía que bailar kandyan. Como todo se daba con naturalidad con Sri Lanka y con el kandyan, un día, después de mi primer día de colegio (de mi último año), desperté de una siesta y mi hermana me dice que vayamos a probar unas clases de danza Kandyan. Le dije que sí, y partimos. Y desde ahí me he acompañado con el kandyan en mi vida. Al comienzo me costaba mucho la coordinación. Hace tiempo ya realizaba ejercicio corporal constante, pero lo que exigía el kandyan era distinto. Lo enfrenté con voluntad, constancia y paciencia y así he podido ir desarrollando desde la coordinación más básica de movimientos hasta una interpretación que cada vez me hace sentir más conforme con lo que quiero expresar. El camino de la voluntad es el camino que se sigue en kandyan. Es una disciplina que requiere constancia y amor. Requiere el creer en tí misma y en tu propia forma de hacer y entender las cosas, porque desde lo genuino nace la interpretación. También las personas que he conocido en este camino han llenado mi vida de colores y matices, formando y constituyendo parte de lo que soy ahora. Es un camino distinto, que me gusta mucho recorrer porque llena de desafíos lindos mi vida y de personas que expanden mi forma de concebir las cosas. Me interesa seguir estudiando acerca del kandyan. Con el cuerpo y sus movimientos experimentamos el mundo, y experimentar el mundo con los movimientos del kandyan es una experiencia muy sanadora. Me gusta compartirla, y me gusta también el carácter guerrero y femenino que acá en Chile se ha desarrollado, por eso también quiero investigar y conocer acerca de las primeras mujeres en el kandyan.

Mónica Rodríguez
Cuando por primera vez escuché sobre el Kandyan tenía 19 años y sufría un fuerte dolor de espalda. Una buena amiga me contó cómo llegó mágica y casualmente a casa de Meintje Orsel y descubrió esta exótica danza. Me convenció de ir a probar pese a estar lesionada y pronto comencé a estudiar con Meintje. Cuando llevaba cerca de un mes bailando de pronto escuché un fuerte “crak” en mi cintura. Me asusté mucho, pero luego comprendí que el ruido se había producido al destrabarse el nervio ciático, que tenía tomado hacía varios meses, logrando recuperar completamente la movilidad de todo mi cuerpo. Desde entonces la cualidad sanadora del Kandyan ha sido uno de los lazos más fuertes que une mi alma con este arte. Años después me lesioné gravemente la rodilla izquierda, me corté un ligamento y rompí un menisco. Pasé siete años sin bailar, que fueron años de sequía para mi espíritu. Llegó un momento en que no soporté más y decidí operarme. El traumatólogo me hizo prometer que de por vida haría alguna actividad física, ya que de lo contrario era mejor no operarme, y yo abracé feliz la idea de danzar toda mi vida. Y desde entonces han transcurrido once años. En algún momento comprendí que la cualidad sanadora de esta danza había alcanzado también otras capas más profundas de mi ser, incitándome a una búsqueda interior que me permitiera sanar las heridas del alma, aquellas que traemos de fases anteriores a nuestra existencia en este plano. Actualmente no puedo concebir mi vida sin danza, en particular sin kandyan. Está presente todos los días de una u otra forma. Me fascina su belleza y el placer que me provoca ser parte de ella y que ella sea parte de mí, la comunión con mis hermanas y maestras kandyarinas, su potente energía sanadora y pacificadora, así como también sus dimensiones más corpóreas, esa mezcla de piernas que patean con fuerza y hacen percusión al bailar con unos brazos y torso ondulantes. Me gusta mucho el sonido de la música de Sri Lanka y bailar con tambores en vivo. Adoro que esta música, y por tanto esta danza, estén llenas de cambios de ritmo y contrapuntos. Para mí, la danza Kandyan es una actividad interesante, revitalizante, autoexigente y totalmente gozable.

María Eugenia Vallejos
(1986) Bailarina, percusionista, cantante y profesora de danza Kandyan -Directora de Compañía Malaya. Artesana y Estilista.
«Recuerdo el primer contacto que hizo mi cuerpo con la danza Kandyan, fue como un hermoso y vertiginoso reencuentro con la tierra, con mi más antigua historia y con una estructura que al ritmo de la belleza me permitió disfrutar la libertad. Así fui encaminada en un misterio danzado que aún me hace sentir unificada en el preciso momento de bailar. Han transcurrido más de 10 años desde aquel momento, todo ha cambiado bastante (incluyéndome). Aún sigo desentrañando, sanando, transformando y trabajando en torno a aquel misterio que elegí como compañía de mi crecimiento, como un reflejo permanente de lo que es la vida y de lo que yo soy. Dedico mi vida a las Artes en muchas de sus manifestaciones entre ellas a estudiar y enseñar danza Kandyan. La experiencia que tuvimos en el profesorado nos permitió abordar y profundizar en conjunto con la profesora temas que nos unen y a la vez separan de una cultura muy antigua y lejana. Es inevitable querer encontrar el sentido a la sabiduría y magia que encontramos en los movimientos pero a veces al igual que en la vida y las relaciones debemos tener el valor de encontramos también con la lejanía de otros lenguajes historias y religiones para reflexionar entorno a ello y enriquecer nuestra experiencia humana de manera integral. Siento que uno de mis propósitos como profesora es entregar el entendimiento de la técnica integral de danza Kandyan como una herramienta orgánica tanto para el movimiento físico como el energético».
